MIGRACIONES DE DISTINTOS LUGARES QUE LLEGARON A PUERTO COLOMBIA
Por Jesús Ayala Parra/Investigador Cultural. Una reminiscencia más de Cúcuta de los primeros inmigrantes Palestinos a finales de la Década del
Siglo XIX. Bueno inicio contándoles qué, los términos árabe o turco fueron los más utilizados en Colombia para denominar a los inmigrantes sirios,
libaneses y palestinos que llegaron al país desde finales del siglo XIX. La mayoría intentaba huir del servicio militar obligatorio impuesto por el
Imperio otomano a los hombres, y que se dirigía particularmente contra los cristianos. Cuanto árabe llegaba a Colombia le decían turco, aunque tal gentilicio no correspondía a la realidad pues su origen era de otras nacionalidades bien distintas – libanesa, siria y palestina. Por razones políticas debieron huir sin documentos ni nada distinto a su muda de ropa. Turquía había ocupado por cuatro
siglos sus países y alentaba la emigración otorgándoles pasaportes, por ello todos pasaron como turcos en las dependencias de migración del mundo entero. La primera gran migración se dio entre 1.880 y
1.920; todos entraron por Barranquilla y se desperdigaron por toda la costa hasta Ocaña y Cúcuta. Vivían de su ancestral habilidad como mercaderes, siendo los pioneros de las ventas a crédito, a
domicilio y a precios bajos. En los diarios de la época colocaban anuncios como “Bendita sea la colonia siria, que nos ha traído la baratura”. Llegaban clanes completos y a quien venía soltero al poco tiempo le enviaban a la que desde niño se le había determinado como esposa. No pocos la recibieron estando ya viviendo y con hijos con mujeres colombianas. Buueno ahora bien, la gran mayoría de turcos emigró a
Brasil y Argentina, en 1.920; mientras en Colombia había 3.800 de ellos, en Brasil vivían 162.000 y en Argentina 148.000, pero gracias a los dátiles y a sus
desafueros uterinos pronto se expandieron por gran parte de nuestro país y es así como en muchas ciudades es común encontrar apellidos como
Abdalah, Abhufele, Abrahim, Abrajín, Adib, Ahmad, Amat, Amín, Amra, Assaf, Brahim, Cristo, Chalita, Chamié, Char, Elcure, Eljach, Gene, Haddad, Haussman, Hellal, Hussein, Lamk, Marúm, Mustafá, Nule, Numa, Saad, Safi, Saieh, Saleme, Salive, Seade, Slebi, Slim, Sus, Raad, Sus, Tarud, Tulena, Turbay y Yanine,
entre muchos otros, mezclados con apellidos raizales como González, Martínez, Ayala etc. Además, su espíritu práctico les facilitó a las autoridades de migración de la época el acomodo en su escritura de la pronunciación de sus nombres y apellidos, así como también la adopción de apellidos raizales. ¡Gracias
a ello, por ejemplo, en Cúcuta vivió un árabe llamado José Natalio Pérez! Peeeeero, La colonia libanesa que se asentó en nuestro departamento ha tenido una amplia representación en Cúcuta. La fotografía que se adjunta, fué tomada en enero de 1.960 en el antiguo Aeropuerto de Cazadero, durante el
recibimiento que se hizo a su arribo a visitar la ciudad al Embajador de la RAU. Entre otros observamos en la gráfica a: Isa Musa Brahim, Faride Sus de Brahim, Olga de Borda, el Embajador de la RAU, Mena Elcure, Lucía de Brahim, Faride Brahim, Martha Canal de Seade y Bille de Saad. Por esa confusión
fonética y la poca instrucción de los funcionarios de migración de la época, se dieron casos como el apellido El Kouri (el hijo del cura), el cual apareció con diversos registros como Elcure, Cure, Eljure, Curi; o como el de Ibrahim, del cual salieron Brahim, Abrahim, Abrajín. Era tal la necesidad que tenían
de una cédula que no discutían la escritura correcta de sus nombres y apellidos. Se daba también el
caso de pleitos familiares como el de don Issa con don José, que terminaron en una notaría cambiando
unas por una z para no reconocerse como familia, por ello hay unos Sus y otros Suz. Según Joaquín Viloria De la Hoz, investigador del Banco de la República, “De origen árabe son las familias Guerra (originalmente Harb), Domínguez (Ñeca), Durán (Doura), Lara (Larach), Cristo (Salibe), Flores, María, Gloria y Juan, entre otros”. Buena parte de los primeros árabes llegaron a los pueblos cafeteros como
Salazar, Gramalote, Chinácota y Lourdes. Se cree que el primer árabe en Cúcuta fué don Jorge Cristo, bisabuelo del actual ministro del interior, quien habría llegado a finales de 1890 y fundado la empresa “La Oriental” dedicada a comerciar con café, tal como en los pueblos mencionados lo hacían sus
“baisanos”. La lejanía de su tierra natal les hacía sentirse paisanos a todos – sirios, libaneses y palestinos -, tal como nos sucedería si viviéramos allá junto a peruanos y ecuatorianos. La presencia árabe en Cúcuta se hizo muy apreciable desde mitad del siglo pasado, con almacenes aún recordados
como el Salón Blanco, de Miguel Saikali, la Media Luna (en honor a la bandera turca), de Issa Musa Brahim, ubicado en la Avenida 6#11-
81; el Philco, de Zacarías Abufhele , justo al lado de la Media Luna por la Avenida Sexta; Adán y Eva, de Zhodi Amra, diagonal al Parque de Santander por la calle
11; La Samaritana, de Chibli Sus; Del-ka de Elías Saad, Nilo de la familia Lamk; el Duque y la Duquesa, de Abdala Hnos; Marcia, de Yamal Mustafá; El Marqués, de Taha Hussein; Divina, de Chafick
Adib; la sastrería París, de Fuad Assaf sobre la Avenida 5 entre 11 y 12, así como la sastrería de José Slebi y el almacén de telas de las Hnas. Vélez. Y no solo en Cúcuta, era tal la cantidad de almacenes que tenían en la Calle Real en Pamplona que la llamaban el “Canal de
Suez”. Y no solo incursionaron con éxito en el mundo del comercio sino también en el de la política, al punto de lograr la presidencia de
la república con Julio César Turbay Ayala en 1.978, luego de intentarlo en 1.946 con el bumangués Gabriel Turbay. Buena parte de la política colombiana en las regiones es protagonizada por inmigrantes árabes. La circunstancia de ser cristianos maronitas la gran
mayoría de ellos les facilitó asimilar nuestra cultura y religión, con lo que no tuvieron inconveniente alguno para casarse y constituir familias numerosas y muy apreciadas en nuestro medio. Es el caso de don Issa Ibrahim, nacido en Beit Jala, una de las ciudades más antiguas de Palestina, cuyo hijo Musa
Brahim se casó en Cúcuta con su “baisana” Faride Sus, conformando una gran familia de profesionales y comerciantes muy reconocidos de la ciudad, entre ellos Fauzi (Polo), a quien le agradezco su gentil colaboración con la información brindada para redactarle esta nota hacia ustedes los Cucuteños. Un
aspecto bien curioso de la migración árabe en Colombia es que, si bien se extendieron por todo el país, no tuvieron mayor acogida en las tierras de la cultura paisa como Antioquia y Eje Cafetero. Sobre eso hay un par de teorías muy interesantes, como que los paisas no los acogieron por ver amenazada su
tradición de comerciantes audaces con estos árabes que vendían barato y a plazos. La otra es que la cultura paisa es de origen eminentemente judío, lo que se aprecia en su vestimenta y costumbres. El
poncho es el talit; las alpargatas evitan que el pie toque material impuro; la arepa es la misma matza
judía; el uso de un pequeño sombrero; el espíritu profundamente religioso; la costumbre de comer el
“calentao” viene de no cocinar el shabath y se le echaba garra de cerdo para despistar a los inquisidores
de la época; el uso de aguamaniles en las casas; la famosa parva paisa es el mismo parve judío; el gran encendido navideño del 7 de Diciembre es la misma Januca y muchos nombres de poblaciones:
Antioquia (Antioch), Medellín (Modi’in), Jericó, Belén, Jerusalén, Armenia, Palestina. Obviamente también se aprecia en que son empresarios exitosos y comerciantes por excelencia. Las investigaciones sobre migrantes sirios, libaneses, palestinos y jordanos en estas ciudades del nororiente de Colombia
son escasas quedándose apenas en el ámbito regional, sin trascender a explicaciones sobre su inserción en la vida cotidiana y la cultura de las comunidades receptoras, ni comprensiones sobre sus prácticas de establecimiento. Se reconocen los casos de las familias Turbay, Brahim, Cristo, Lamk, Saad, Assaf,
Mrad y Elcure, entre otras, radicadas en Norte de Santander, quienes lograron sostenerse
económicamente a través de las casas comerciales y además incursionar en las instituciones del
Estado, ya por designación o por elección popular; un primer ejemplo fue María Susana Awad, nacida en Ocaña (Norte de Santander ), hija de árabes, quien se convirtió en la primera mujer en el país
designada como alcaldesa en Ocaña, la segunda ciudad de importancia del Departamento después de Cúcuta. En Ocaña, segundo municipio de Norte de Santander, llegaron a finales del Siglo XI las primeras familias sirias y libanesas. El recorrido de cada familia y su llegada a esta población fue narrado por don Zajia M. Numa en su obra titulada
"Libaneses y Sirios en Ocaña". La llegada de sirios, libaneses y palestinos a la región habría podido ser mayor, pero las restricciones que impuso el Gobierno de la época, al ingreso de extranjeros que no fueran europeos occidentales, la limitó. Frente a este tema, Viloria (2.003) expone el caso del señor Ali
Ahmad Alama, quien esperaba asentarse en Cúcuta, pero recibió respuesta negativa del Ministerio de Relaciones Exteriores argumentando que la cuota para libaneses ya estaba cerrada. En 1.935, el 26% (una de cada cuatro) de las solicitudes de visa presentadas por sirios, libaneses y
palestinos fueron negadas por la misma razón. En algunos casos, inmigrantes sirios, libaneses o palestinos que viajaban a sus lugares de origen no podían ingresar al país a su retorno por falta de cupos, según lo determinado por la ley. Desde 1.930, la presencia ‘árabe’ comienza a aumentar en la
costa norte de Colombia, razón por la cual muchos inmigrantes deciden trasladarse al interior del país
en busca de otras ciudades en las cuales no hubiera tanta competencia comercial. Los ‘árabes’ se
establecen en otros pueblos de la costa Caribe como Lórica, San Bernardo del Viento, Cereté y Ciénaga de Oro, pero también se instalan en
Cúcuta, Ocaña y Barrancabermeja, al igual que en muchas otras ciudades del centro sur del país, como Ibagué, Villavicencio, Buga, Girardot y Tunja. Los Cristo se constituyeron en la familia migrante ‘árabe’ más importante en Norte de Santander, llegando a impactar
no solo económica sino políticamente la región y el país. Jorge Cristo Sahium, padre de Juan Fernando Cristo (exsenador y exministro) fué líder del Partido Liberal en esa región de tendencia conservadora, y murió asesinado en 1.997 mientras su hijo ejercía como diplomático. Dejen sus reacciones, Comentarios y no olviden compartir para llegar a todos los Cucuteños en el mundo, Gracias. La
fotografía que se muestra, fué tomada en enero de 1.960 en el antiguo "Aeropuerto de Cazadero", durante el recibimiento que se hizo a su arribo a visitar la ciudad al Embajador de la RAU. (Fotos tomados álbumes de las familias Árabes y Palestinos en Puerto Colombia)
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