Algunas vacaciones de juventud las pasé en Montería donde el nombre de Garcés Cabrales era referente para sus paisanos como ejemplo viviente de cuentos y fabulas.
No era para menos, fue el
primero quien, con su dinero, construyó a fines de la década del 60, el primer
complejo de edificios de gran altura en su ciudad, para sorpresa y maravilla de
sus coterráneos las llamadas Torres Garcés.
Enterado, pues, del libro sobre Garcés, por medio del doctor Google ubique a la autora en Chinú. Preguntando aquí y allá, se me ocurrió llamar a la alcaldía de ese municipio y una amable empleada me regaló el número del celular de Miriam Castillo Mendoza. A ella, le comuniqué mi deseo de tener en mis manos su publicación.
Le comuniqué, no
faltaría más, mi irrestricto deseo de enviarle el dinero del valor del libro y
el porte, pidiéndole el favor que me lo remitiera a Bogotá, donde, para la
época, residía. Para mi sorpresa, en forma gratuita, libro y porte- que pena
con Miriam-, llegaron a mi casa y en dos sentadas devoré la vida escrita del
multimillonario de la ciudad de las golondrinas, como es conocida la capital de
Córdoba.
Pasado un tiempo conocí personalmente a Miriam. Sobre ella tengo varias impresiones: trabajadora, dadivosa, enamorada de la vida y de lo que hace, amiga, trasparente, discreta, eternamente joven, aunque la cédula de ciudadanía le marque los calendarios.
Quien se acerque a ella ha de ser una persona que valga la pena; enemiga de
atesorar el dinero, mamá y amiga de sus hijos y liberal en sus pensamientos y haceres,
pero atenta y conocedora de los perjuicios y murmuraciones de las gentes de su
comarca.
Miriam, está formada como
Licenciada en Trabajo Social, con especializaciones en Orientación Familiar, en
Procesos Sociales de la Familia y en Fármaco dependencia, y con diplomaturas en
Promoción y defensa de los DDHH, en Docencia Universitaria, en Medios
Tecnológicos para la Docencia Universitaria, en Investigación Social y en
Gestión Cultural.
Nació en Sincelejo, Sucre, dónde
vivió una parte de la infancia. En razón del trabajo de su padre residió en
Chinú, departamento de Córdoba; luego se fue a vivir a Cartagena y más tarde,
en función de su actividad laboral y matrimonio, regresó, ya definitivamente, a
Chinú.
Miriam, no es indígena Zenú, pero por el trato permanente y respetuoso con dicha comunidad, recibió en el año 2002, homenaje de pertenencia con la entrega simbólica del bastón de mando (bastón que lo portan los alguaciles o vigilantes del cumplimiento de la tradición).
Tiene tres hijos y cinco nietos,
una de sus nietas, de trece años, ya ha publicado un cuadernillo, dos libros de
poemas y en la actualidad escribe una novela; otra nieta, de diez años, es
artista plástica y ya expuso en el Centro Comercial El Mío de Montería.
Miriam me dice que su fuerte es una mezcla de todo lo que hace. Agrega: “No puedo deslindar la investigación social ni de la poesía ni de la crónica porque se alimentan mutuamente.
Ello se expresa también en la gestión cultural. Las metas alcanzadas han sido muchas, la primera, posicionarme como Trabajadora Social. Establecí las pautas para aplicar a nivel nacional la medida de Libertad Asistida que impuso el Código del Menor a infractores y contraventores de la ley penal, así mismo organicé el Primer Encuentro Nacional de Jueces y Trabajadores Sociales de Familia”.
Miriam Castillo realizó el primer estudio que se hizo en el país sobre el desplazamiento en el Caribe colombiano con connotaciones diferentes al del resto del país el cual fue publicado con el título "La trama del desplazamiento en Sincelejo, un universo de texturas que se entrelazan".
Además, publicó una crómica sobre las consecuencias de la violencia en el aspecto demográfico de Córdoba, titulada "En Córdoba nos estamos volviendo viejos". Más adelante, sobre el tema de la violencia sexual contra niñas en el Caribe colombiano publicó la crónica "Joder, algo así como matarme todos los días", (tema que continúa trabajando y sigue vinculada al grupo internacional fortalecido por las universidades de Cartagena y del Magdalena, llamado "GIMIO" en el cual ha participado con ponencias a nivel nacional e Internacional).
Castillo Mendoza, publicó "Buenos días señor alcalde", que es una crónica sobre la influencia de las alcaldías populares en el desarrollo de los pequeños municipios del país y gracias a ella fue invitada al inicio de las negociaciones de paz con las comunas en Cali y Medellín.
En esta última ciudad elaboró en el Parque de
Berrío un periódico mural "Amor por la ciudad" con 20 jóvenes de la
calle, el cual fue difundido como modelo de gestión a las diferentes alcaldías
del país y Centros Zonales de ICBF. En la misma línea, hace cuatro años, su
poema "Ni una más" fue utilizado nacionalmente como estandarte contra
la violencia de género en Colombia.
La crónica "Miguel Rosendo Garcés Cabrales, la gesta de un visionario" fue destacada con el Premio Nacional de Literatura Manuel Zapata Olivella 2014 y ya tiene dos ediciones, la última en 2022 auspiciada por el Fondo Mixto para la Promoción de la Cultura y las Artes de Sucre.
Publicaciones, además de las mencionadas, se resaltan: "Los ritos Zenú de velorio’, y “Mi cuerpo, ¿mi patrimonio” (sobre el maltrato sexual a niñas en comunidades indígenas) y los libros “Triquitrasquililá” y cómo hago el poema? (Mención de honor del Programa Nacional de Promoción de Lectura yEscritura) y los poemarios "Me salva un poema", "La vida es un instante" y "Sombras y luces bajo la orla de mi enagua" (en edición), además cuatro libros colectivos. Ha participado en varias antologías, entre ellas "Las mujeres narran el territorio" del Ministerio de Cultura, y "Poemas por la paz" (argentina)
Ha sido, además, colaboradora de
las revistas literarias de la Universidad del Magdalena, de Cuadernos de
Literatura de la Universidad del Atlántico, de Aguaita del Observatorio del
Caribe Colombiano, de Kapunia, de Magazín del Caribe, y ha realizado conferencias
sobre temas de su pleno dominio en universidades y otros eventos del país.
Miriam Castillo Mendoza, agrega a sus afortunadas palabras, lo siguiente: “Si bien no escribo ni hago gestión para que se me reconozca, he recibido muchas distinciones entre ellas ciudadana emérita de la
Cultura en Córdoba, en Palmira y en Buga, Valle; Mujer del año de
Sucre y de Córdoba, Mujer destacada del Bienestar Social de la Policía de
Antioquia, de Córdoba, y un reconocimiento de la Fundación Árboles Azules de Codazzi”.
Por último, le pregunto a Miriam
a que aspira después de tan larga y hermosa trayectoria dentro de la cultura y
me dice: “Vivo en función del servicio a los demás, aspiro al logro de una
convivencia sin caretas que no enmascaren mezquindades y conductas lesivas de
la integridad del otro, y como digo en uno de mis poemas "Solo soy una más
entre muchos en mi pueblo con la sabiduría que dan los años". Esa es
Miriam Mendoza Castillo en cuerpo y alma. Textos y Fotos tomados del Internet.
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